Comentario
En el área de los grandes templos de Ugarit se hicieron durante las primeras campañas de excavaciones diferentes hallazgos de piezas egipcias. Entre ellas, y aparte de un sinfín de escarabeos y vasos de alabastro con cartuchos de diferentes faraones, la más antigua era la perla de un collar, hallada entre diversas estatuillas egipcias del Imperio medio, decapitadas, que portaba grabado el nombre del faraón Sesostris I (1970-1936 a. C.). Próxima al Templo de Daban se halló la estatua en basalto negro, también mutilada, de la princesa Chunumet-Nefret-Hedjet, hija de Amenemhat III. En la entrada del Templo de Baal fueron encontrados los restos de dos esfinges rotas en numerosos pedazos: una llevaba el cartucho de Amenemhat III.
Asimismo, se descubrieron una magnífica estela con la representación de Seth, dios de la región de Djapouna, a quien Mami, jefe de la tesorería real, ofrecía sus plegarias; la estatua de un principalísimo sacerdote egipcio de Heliópolis, acéfala; así como un grupo (tríada), bárbaramente troceado; por sus inscripciones sabemos que este grupo había sido ofrecido en memoria y resposo de un tal Senussit-Ankh, visir y juez, embajador egipcio en Ugarit.
Estas y otras piezas, que por razón de espacio no pueden figurar aquí, aparecieron decapitadas o mutiladas, circunstancia no explicada satisfactoriamente por los expertos. Entre las opiniones emitidas quizás la más correcta sea la que argumenta que la destrucción de tales estatuas fue debida a una revolución local antiegipcia.